El principio 14 (y último) es probablemente uno de los principios más complicados de implementar en cualquier organización de nuestro entorno porque da de lleno en cierto paradigma de la cultura occidental como es tratar los errores de una manera en cierto sentido irreflexiva y buscando alejarnos de ellos: “CONVIÉRTASE EN UNA ORGANIZACIÓN QUE APRENDA MEDIANTE LA REFLEXIÓN CONSTANTE (HANSEI) Y LA MEJORA CONTINUA (KAIZEN)”.
Cuando hablamos de creatividad hablamos de metodología ligada a un proceso concreto como el que expone Creative Washing Program© (Conocer + Distanciarse + Conectar + Dimensionar) y como proceso es necesario ver los errores como oportunidades para aprender.
Este método se transforma en hábito mediante una reflexión constante (HANSEI) y una crítica implacable (KAIZEN). Por eso sin Hansei es imposible tener Kaizen.
“Haz el favor de hacer el Hansei” es parte de la cultura japonesa que los niños aprenden desde su más tierna infancia a asumir las consecuencias del error y la nobleza de superarlo. Es un espíritu y una actitud de honestidad frente a nuestras debilidades que llega incluso al sufrimiento por el error cometido y tras él, el compromiso íntimo de superarlo como un reto personal. ¿Es posible imaginar esta actitud en nuestras organizaciones?. En este sentido, la creatividad se desarrolla en escenarios forjados al fuego de la comprensión minuciosa del error y la capacidad de superarlo desde un conocimiento profundo.
¿Qué tácticas podemos emplear para implementar una cultura basada en un acercamiento correcto al error según la filosofía Lean?
– Identificar las “causas raíces”, que están más allá de las fuentes (5 por qué). Nivel de problema / Nivel de contramedida correspondiente.
– Reflexionar sobre proyectos finalizados: realizar aprendizajes necesarios que impidan reiterar errores.
– Hoshin kanri: dirigir y motivar a la organización que aprende: alienar los objetivos de los empleados hacia metas comunes.
– Aprender estandarizando las mejores prácticas: aprendizaje organizativo.
