Hoy os quiero presentar algunos de los elementos más significativos que se han de abordar para dirigir o redirigir un negocio en un tiempo como el actual y que se han de convertir en una señal de identidad de un modelo de gestión empresarial competitivo y altamente creativo. La crisis ha traído un cambio de paradigma y estos son algunos de los elementos más significativos del mundo empresarial que se han visto afectados de lleno.
¿Qué buscar? En relación al PRODUCTO/SERVICIO ya no sólo se persigue que éste sea de calidad y ofrezca un funcionamiento óptimo, además ha de ofrecer una satisfacción total más allá incluso de las expectativas del propio cliente. Hemos de pensar como ingenieros pero sentir como artistas.
¿Cómo caminar? Hemos abandonado las CADENAS DE VALOR para hablar de ciclos de valor. Es decir si no somos capaces de reducir al máximo los costes, y obtener valor por esa reducción, lo que algunos han llamado ventaja de la pérdida, lo que haremos será intercambiar esos mismos costes bajo formas diversas de impacto socio económico. En este sentido ya no podemos dejar morir los productos al final de un ciclo de vida han de retornar en valor y de esto modo reducir los costes fijos de producción.
¿Hacia dónde ir? También las EMPRESAS han cambiado. Tanto los productos como sus procesos dependían del tamaño, la cantidad de servicios ofertados y el conocimiento del propio sector. Tras la crisis hablamos de innovación abierta, de llegar a los consumidores de la mano de los mejores asociados que comparten un mismo proyecto.
¿En quién apoyarse? Los CLIENTES se convierten en auténticos motores de nuestras empresas, más allá de nuestro departamento de I+D+i. Se precisa articular canales de comunicación y feedback más allá de una simple atención telefónica, de un servicio postventa eficiente o del tratamiento óptimo de formularios de satisfacción para permitirnos tener capacidad de respuesta inmediata ante los cambios continuos. El cliente ya no es el que nos compra tal o cual producto o servicio sino aquél que liga aspectos importantes de su vida a nuestro producto o servicio o lo que es lo mismo hemos conseguido “atrapar a los clientes con esposas de terciopelo”.
¿Con qué ritmo? La RESPUESTA AL CAMBIO también ha resultado modificada. La adaptabilidad de nuestra empresa, no en un momento puntual sino a lo largo del tiempo, será el valor determinante de las empresas competitivas tras la crisis. ¿Somos capaces de cambiar al mismo ritmo de todo lo que nos rodea? ¿De que manera gestionamos el desconocimiento? ¿Cómo ideamos escenarios totalmente disruptivos? ¿Sabemos interactuar con el azar?