Pasamos a analizar el segundo gran pilar de los sistemas Lean que contiene a su vez siete principios: el proceso correcto producirá los resultados correctos.
No olvidemos que estos consejos buscan conocer brevemente el sistema Lean Manufacturing porque genera un espacio de seguridad desde donde poder aportar soluciones creativas de una manera integrada. La precisión en las reglas permite una creatividad controlada y eficiente.
El principio 2 se denomina “cree procesos en flujo continuo para hacer que los problemas salgan a la superficie”. El flujo de procesos es el concepto central de la cultura organizacional, la clave del proceso de mejora y del desarrollo personal (muestra habilidades).
Todo proceso genera desperdicios. Por esta razón controlar con precisión el proceso además de mejorar su capacidad productiva va a generar un ahorro considerable de recursos económicos al eliminar aspectos que no producen ningún valor añadido. Hemos de eliminar desperdicios en aspectos como la superproducción, esperas, movimientos innecesarios, sobreprocesar, exceso de inventarios, defectos, creatividad no utilizada, etc.
Dentro de las organizaciones la creatividad ha de ser capaz de identificar auténticos desperdicios que suelen estar camuflados y aportarles una solución innovadora. De manera especial los procesos no pueden estar infectaos de «no valor» y este será el primer referente de búsqueda para el creativo. Para conseguir este resultado es preciso, tal y como proponen los sistemas Lean, analizar los procesos para separar los pasos con valor añadido cartografiando el proceso mediante un mapa de flujo de valor. La creatividad propondrá nuevos escenarios que generen valor donde la inercia a quebrado una cadena de valor.
Un elemento clave es conocer nuestro “Takt time” o tiempo de trabajo requerido para completar un trabajo al ritmo de la demanda del cliente. Seguramente un análisis de nuestro “Takt time” nos lleve a rediseñar el proceso de trabajo para garantizar un “flujo continuo”, alto valor agregado y “cero tiempo” de parada y espera.
Otro elemento clave es visualizar los procesos desde la perspectiva del cliente: ¿Qué quiere el cliente en el propio proceso? Aquí la creatividad permite identificar la necesidad real del cliente en cada momento fijándonos en cómo producir valor. Pero tengamos muy en cuenta en este análisis no sólo al cliente externo (quien compra o se beneficia de nuestros productos o servicios) sino de una manera muy particular el cliente interno, es decir, la propia empresa que ha de ser analizada como si se tratara de un cliente que necesita sus plazos y calidades para conseguir un “Takt time” efectivo.
El principio 3 (dentro del pilar de procesos) se define como “utilice sistemas pull para evitar producir en exceso”.
¿Qué persigue este principio? La reposición de material basada en el consumo del cliente con el fin de evitar la sobreexplotación que implica, a su vez mayor desperdicio y coste. Este principio se conoce como “Just in time”. Vuelve la creatividad a escena para resolver preguntas como ¿qué quiere el cliente? ¿cuándo lo quiere? y ¿cuánto quiere?