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“Conduciendo hacia lo imposible” (Barrera de limitación)”

La cuarta barrera creativa por vía de exploración en un entorno empresarial es la barrera de “limitación”. Esta barrera establece que todas las industrias, desde la perspectiva estática que ofrece el presente, tienen un techo de realidad que le resulta actualmente  insalvable. Ver más allá del límite experiencial o tecnológico que ofrece la industria nos resulta hoy por hoy altamente complicado. Y sin embargo adelantar ese futuro nos permite otear un horizonte de oportunidades.

 

Pongamos el hecho significativo que hace tan solo unos años parecía más coherente de un film de ciencia ficción: coches sin conductor. En estos momentos podemos visionar ese futuro próximo pero echemos la vista atrás tan solo un lustro… Se trataba de un sueño de locos. El hueco de mercado que ofrecerá la superación de esta barrera en los próximos años es único. Quien levante esta barrera, además de procurar un avance único para la humanidad y la capacidad de abrir indirectamente un sinfín de nuevos modelos de negocios asociados a la misma, tiene garantizada al menos una década de éxito.

 

Personalmente tengo claro que esta barrera, por su sencillez, es la más complicada de superar. La visión de la imposibilidad actual de alcanzar un imposible nos hace abandonar su conquista. Realmente, fuera de una literatura altamente motivacional, son contados los empresarios, como Elon Musk, que deseen ser tachados de soñadores o ingenuos y apuestan por un crecimiento incremental más que radicalmente disruptivo.

 

Un truco para adentrarse en esta barrera: la meta proximal. Si bien es cierta la dificultad que entraña conseguir que un coche se conduzca solo no es tan irracional pensar… ¿podría aparcarse solo? Suena más lógico ¿verdad? Más aún cuando pasamos de los espejos retrovisores para aparcarlo, a los sensores de sonido trasero y posteriormente a la cámara incorporada en el interior del vehículo. Cada una de estas metas proximales ofrece información de alto valor que predispone a llevar a cabo conquistas mayores. Por lo tanto ¿podemos vislumbrar metas proximales en nuestra industria? Es verdad que no conquistan el reto de lo imposible pero suponen un avance considerable en una línea de aprendizaje extraordinaria.

 

No podemos dejar pasar de largo una reflexión profunda de los imposibles de nuestro sector en nuestras empresas. Las reglas de la industria en un periodo de tiempo relativamente corto se someterán a lo que hoy llamamos imposible. Dejar pasar la oportunidad de meditar sobre las metas proximales, aquellos objetivos medianamente imposibles que tan solo requieren ser alcanzados desde la óptica del tiempo y de la tecnología (en numerosas ocasiones de una mera transferencia tecnológica), es conducir con el freno de mano echado. 

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